Preciosa Marilyn,
sé mi musa ahora Tenías que estar desnuda o mejor: semidesnuda. No apagues tu vestido
mas sonríe, como en el Metro aquel de Nueva York. Más que seductora, piedra
fina, buscada —plata o gelatina no te encierran. Dónde estabas dónde, dónde
fuiste a nacer. En qué cuarto, en qué hotel, sola o acompañada, transpirabas.
Tenías que deprimirte joya ajena; cómo tu sonrisa inocente y escondida
tristeza. Si eso no hubiera sido , fueras brillo? Qué ocultabas. No habrá secuencia
que te retrate plena. Te guardabas por bendecir al mundo, preciosa... De allí no habrá llegado mujer de tan pocas palabras tan buscada... (la palabra
se obliga a cantar el deslumbrante objeto que brilla por sí solo, justo en la
gracia y junto a la sonrisa. ..)Preciosa.. Gracia fue para mí...estas fotografías…,
como gracia sería escribir estas palabras. De haberte quedado en tu oficio primero, tan humilde —lo sé ahora—, tu mirada fuera más abierta, más sonrieras,
serías algo más que ese duro diamante entristecido.
No hay comentarios:
Publicar un comentario