jueves, 24 de mayo de 2012

2007


Preciosa Marilyn, sé mi musa ahora Tenías que estar desnuda o mejor: semidesnuda. No apagues tu vestido mas sonríe, como en el Metro aquel de Nueva York. Más que seductora, piedra fina, buscada —plata o gelatina no te encierran. Dónde estabas dónde, dónde fuiste a nacer. En qué cuarto, en qué hotel, sola o acompañada, transpirabas. Tenías que deprimirte joya ajena; cómo tu sonrisa inocente y escondida tristeza. Si eso no hubiera sido , fueras brillo? Qué ocultabas. No habrá secuencia que te retrate plena. Te guardabas por bendecir al mundo, preciosa... De allí no habrá  llegado  mujer de tan pocas palabras tan buscada... (la palabra se obliga a cantar el deslumbrante objeto que brilla por sí solo, justo en la gracia y junto a  la sonrisa. ..)Preciosa.. Gracia fue para mí...estas fotografías…, como gracia sería escribir estas palabras. De haberte quedado en tu oficio primero, tan humilde —lo sé ahora—, tu mirada fuera más abierta, más sonrieras, serías algo más que ese duro diamante entristecido.



No hay comentarios:

Publicar un comentario