domingo, 2 de septiembre de 2012

entrada (cuento)



quien penetró la vivienda y la casa aquella noche-siempre abierta,en la que a veces la rejilla exterior era  atada  hasta con un alambre,lo primero que enfocó la  lámpara de mano fue el letrero en la pared donde se leía:la mujer como ser relacional en responsabilidad...,pasando a iluminar en seguida dos dibujos  en la pared donde se podía disatinguir una mujer de tipo anglo con la mano izquierda extendida hacia abajo protegiendo una construcción piramidal y un aguila elevando el ala hacia lo alto;el otro  presentaba un tiburón cuya cola se extendía como un ramaje,  intentando entrar en una ciudad de edificios medianos,  impedido por una valla.cambiaría la vista para iluminar otro mensaje en la pared de enfrente,que leyó sentado en la silla de madera que por la hechura identificó propia de una escuela.el apunte era de interés al juzgar por el tema y la tarea:el mito del robo del olote-no olvidarlo; por olvidar los mitos... con la palabra,pendiente,entre paréntesis.debíó de saber de  su existencia  ya que  imaginó el rellano al pie del ventana, y al mismo  tiempo la  azotehuela donde   las matas de frijol ,las plantas de maíz junto a la ruda y el epazote debirían estar lánguidas si aún  existieran...estaría  sentado hasta  el amanecer-hora en que  escucharía una canción de muy mal gusto que venía de la casa vecina-leyendo hoja tras hoja  el  legajo irregular  y maltrado que tomo   de lo que parecía hacer las veces de mesa de centro:un cajón del destartalado ropero que desde el ángulo en el que  se encontraba podía ver ,tan amplio como era,ya reseco y ceniciento de lluvia y sol.aun cuando los libros amontonados en una de sus compartimentos sin protección  le llamaron la atención no se movería  hasta que Orión estuvo alto  (borrador)


Nota:parte uno

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