caminaba ya más de hora y media.se internaba ya por zonas arboladas donde los pinos iban ganando espacio espacio.parecía necesitar aire o tenía que estar solo.llegò al lugar donde las vìas del ferrocarril cruzando la autopista enfilan hacia el sur.le gustó el camino lateral de terracería y sólo por eso le dio por seguir esa ruta. el dìa nublado no le ayudaba para el buen animo,necesario para iniciar esta aventura.había tomado ya una decisión que no le habia costado pues había contado con la ayuda involuntaria de quien al tanto de sus visitas lo vio acercarse a la reja después de dar la vuelta en la avenida.no se dió cuenta hasta que, después de seguirlo se acercó estando ya en la única mesita apetecible kilómetros a la redonda: un espacio que parecía propio para un kiosko con una vista que permitía mirar una calle abierta larga y arbolada.; el lugar tenía algo de íntimo,le gustó..fue ahí que vio el primer sombrero que le interesó de veras.
no hablaron mucho-o mejor-,su interlocutor no habló mucho: los ojos,el hombre recio que tenía enfrente, el tono de voz y dos asuntos apenas insinuados le hicieron levantarse casi de inmediato(días más adelante se ponía a considerar este hecho sin encontrar explicaciones convincentes,así de extraño le iba pareciendo el espiritu de...) para seguir la ruta que ya había iniciado.el tono maduro y tranquilo parecía amistoso; aprovechó para entregarle ,por ahorrarse la vuelta, el papel que había tomado del cajón donde se hallaban las pinturas leyendó varias veces por pretender memorizar las cinco anotaciones .supo ahí mismo, sin mediar palabra, la razón por lo que la familia no había querido dirigirse a abrir la puerta . el color moreno y el parecido con esos personajes notables de las viejas fotografías de la revolución mexicana que alguien inopinadamente ,no recordaba quien, le había mostrado, andando el tiempo, cobrarían relieve.después de darse la mano y despedirse, media cuadra sobre la calle arbolada, volvió la cara:ahí seguía.
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