lunes, 4 de junio de 2012

y Orestes no dormía



Cómo el extremo ojo del iztcuintli te permitiría horadar una roca


Va por la jungla del Paseo, se la ve pero no se la ve; flota en notas de suspiros


<<Olvide a sus mujeres, dedíquese a sus libros>> (ya se sabe de quien)


Ojo de montaña; palabra de la flor. Hombre ¿tú conoces el mar?


Lo defendí; se alejó, para después regresar y devorarme


Lloran por los caminos, van al mar y se ahogan. ¿Por qué el caballo llora en el potrero? El párpado abatido encuentra luz hasta bajo las piedras


La belleza no podría engañarme, sobre todo cuando desprendida de ruidosos afanes


Que la injusta violeta vaya recogiendo con refinado gusto


En el octavo cielo (viajes de anabasis sin ningún Er) habrá negras imposibles ternuras. No las quiero


La berlina llega siempre desbordada de muertos


Coincidencias: <<No hagas nada>>: Musa. <<Es perder el tiempo trabajar en México >>: Noche


Temible el potencial de ese rostro que miras


Símbolo, atrás, a la caverna


Irónico: falto de oído. (Y agréguele)




La libertad total tiene fecundas mojoneras


¿Sabrás de tu voz? Oh Musa


<<Tu ya no estas aquí, ya no estas aquí; me hablas como de otro mundo>>


No sólo apartar la vista de los altos pesos moleculares (aquí: algo más que sensación)


La libertad mira distancia, no devora


<< Lo que hicieron de mi ¿sirve?>> preguntó quien hablara de sepulcros blanqueados


Quede prendida tu vibrante silueta en el humo de mi pensamiento


Me están pidiendo sea violento. De allá, de allá


Este libro huele a Hades. Habrá que revivirlo


La verdadera justicia: Noche y Aire


Y Orestes no dormía…


En algún horizonte encontraras palabras; te tocara ubicarlos (sirve la geografía)



En manos de quién esta la rosa. Te pincha, te castiga


Existen relaciones instantáneas con los seres del mundo; más: del universo



Van en el aire la sangre de Cuauhtémoc. Inútil, imposible, la palabra


Alguien la lleva prendida en su chaleco, sangra, le atravesó la mano: ¿la esperanza?


Si bastara ser sencillo, noble, fuerte…


Imagina, trastoca, permuta: nada encuentra. Todo lo reduce  al absurdo: nada encuentra. Generaliza al extremo universal por ver si lo resiste: nada encuentra


Estará como Helena de Troya, en dos santos lugares a la vez. Ella es mi literatura


Guarda una batea rellenita de flores. Mira un erial y lo convierte. Ella, ella


Lenta se va la luz, todo se desdibuja hasta perder forma y color: Majestad


¿Se dignifica todo llevándolo al poema?. Alguien ha tocado tu mano?


No imites al insensato que no se hace sabio sino a su costa (en el Banquete). Se insensato: escribe


Por qué te quedaste en tus apriscos


Sí señora Chacel: Sancho es un hombre libre (¿si?...)


Entre los moros no se usan campanas sino atabales (atender el sentido)


Están tan satisfechos que suplican al saber que se haga a un lado (en mi cuaderno, y sin calce)


La cultura: Necesidad (a la manera de Empédocles). Aquí: combate


Un corazón entre la multitud, rojo, trepida 

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