Cómo el extremo ojo
del iztcuintli te permitiría horadar una roca
Va por la jungla
del Paseo, se la ve pero no se la ve; flota en notas de suspiros
<<Olvide a
sus mujeres, dedíquese a sus libros>> (ya se sabe de quien)
Ojo de montaña; palabra de la flor. Hombre ¿tú conoces
el mar?
Lo defendí; se
alejó, para después regresar y devorarme
Lloran por los
caminos, van al mar y se ahogan. ¿Por qué
el caballo llora en el potrero? El párpado abatido encuentra luz hasta bajo las piedras
La belleza no
podría engañarme, sobre todo cuando desprendida de ruidosos afanes
Que la injusta
violeta vaya recogiendo con refinado gusto
En el octavo cielo
(viajes de anabasis sin ningún Er) habrá negras imposibles ternuras. No las
quiero
La berlina llega
siempre desbordada de muertos
Coincidencias:
<<No hagas nada>>: Musa. <<Es perder el tiempo trabajar en
México >>: Noche
Temible el
potencial de ese rostro que miras
Símbolo, atrás, a
la caverna
Irónico: falto de
oído. (Y agréguele)
La libertad total
tiene fecundas mojoneras
¿Sabrás de tu voz? Oh Musa
<<Tu ya no
estas aquí, ya no estas aquí; me hablas como de otro mundo>>
No sólo apartar la
vista de los altos pesos moleculares (aquí: algo más que sensación)
La libertad mira
distancia, no devora
<< Lo que
hicieron de mi ¿sirve?>> preguntó quien hablara de sepulcros blanqueados
Quede prendida tu
vibrante silueta en el humo de mi pensamiento
Me están pidiendo
sea violento. De allá, de allá
Este libro huele a
Hades. Habrá que revivirlo
La verdadera
justicia: Noche y Aire
Y Orestes no
dormía…
En algún horizonte
encontraras palabras; te tocara
ubicarlos (sirve la geografía)
En manos de quién
esta la rosa. Te pincha, te castiga…
Existen relaciones
instantáneas con los seres del mundo; más: del universo
Van en el aire la sangre de Cuauhtémoc. Inútil, imposible, la palabra
Alguien la lleva
prendida en su chaleco, sangra, le atravesó la mano: ¿la esperanza?
Si bastara ser
sencillo, noble, fuerte…
Imagina, trastoca,
permuta: nada encuentra. Todo lo reduce
al absurdo: nada encuentra. Generaliza al extremo universal por ver si
lo resiste: nada encuentra
Estará como Helena
de Troya, en dos santos lugares a la vez. Ella es mi literatura
Guarda una batea rellenita de flores. Mira un erial y lo
convierte. Ella, ella
Lenta se va la luz,
todo se desdibuja hasta perder forma y color: Majestad
¿Se dignifica todo llevándolo
al poema?. Alguien ha tocado tu mano?
No imites al insensato que no se hace sabio sino a su costa (en el Banquete).
Se insensato: escribe
Por qué te quedaste
en tus apriscos
Sí señora Chacel:
Sancho es un hombre libre (¿si?...)
Entre los moros no
se usan campanas sino atabales (atender el sentido)
Están tan
satisfechos que suplican al saber que se haga a un lado (en mi cuaderno, y sin
calce)
La cultura:
Necesidad (a la manera de Empédocles). Aquí: combate
Un corazón entre la
multitud, rojo, trepida
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